Las principales demandas de los propietarios eran conseguir que  la cocina y el office tuvieran la máxima luz natural posible y ganar amplitud. La configuración inicial de la cocina la hacía especialmente oscura, pues las lamas de la única ventana eran fijas y permitían el paso de muy poca luz; además, la existencia de tabiques entre la cocina y la coladuría y entre la cocina y el office dificultaba aún más el paso de la luz natural.

La solución fue unir la coladuría a la cocina y cambiar las lamas fijas por unas abatibles y de mayor paso de luz a la vez que colocar una ventana sin perfiles y totalmente abatible.

La cocina se reformó por completo: suelo, electricidad, fontanería, revestimientos de paredes, techos, mobiliario y electrodomésticos.

También se reformó completamente el baño anexo a la cocina, renovando los desagües, las tuberías de agua, la electricidad, así como el inodoro, el lavabo y sustituyendo la bañera por un moderno plato de ducha.

La diferencia entre lo que había y lo que ha quedado es notable.

Se coordinó el trabajo de albañil, electricista, fontanero, fontanero de gas, yesero, pintor, mobiliario de cocina, instalador de silestone, carpintero de aluminio y carpintero de madera.

La duración de la obra fue de 6 semanas. Previamente estuvimos dos semanas planificando y ajustando presupuestos.